Wednesday, July 11, 2012


Cómo los hombres abren los cielos

Un joven estaba viviendo solo en Brasil, y con motivo de la Navidad, decidió enviar un regalo a su familia. Compró un pájaro exótico, de bello plumaje multicolor, cuyo valor era realmente elevado. También, el envío fue algo costoso, pero él estaba contento por la sorpresa que semejante regalo sería para su familia. Finalmente, el muchacho logra llegar a casa de sus padres a tiempo para la Navidad. Lo primero que hace al llegar es preguntar si les había llegado el pájaro. Sus padres, muy agradecidos, le respondieron: “¡Sí… estuvo delicioso!”. El joven, entre preocupado y asombrado, pregunta: “¿Se comieron el pájaro? Pero, si pagué una fortuna por él”. Y el padre le responde: “Bueno, debió haber dicho algo…”.
(El obispo Garlington empieza a cantar repitiendo esta frase: “Es tiempo de decir algo…”)
¿Cómo los hombres abren los Cielos?
Cielos abiertos: es una atmósfera completamente abierta sobre su vida y su esfera de influencia. Hay muchas maneras de abrir los Cielos. Una manera clave es la obediencia.
Deuteronomio 28.1, 2 nos dice qué debemos hacer para abrir los Cielos:
Deuteronomio 28.1, 2 1Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. 2Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios.”
Los Cielos se abren porque usted está aislado.
Después de haberse bautizado Jesús, los Cielos se abrieron.
Lucas 3.21 21Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió.”
Cuando yo oro, los cielos se abren.
Los diezmos abren los Cielos.
Malaquías 3.1010Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.”
Cuando toda la iglesia trae todos sus diezmos, recibimos bendición.
La alabanza abre los Cielos. Cuando Pablo y Silas, estando en prisión, comenzaron a cantar… Dios descendió en la prisión. Yo quiero que Dios descienda hoy…
La persecución abre los Cielos.
Hechos 7.55-58 55Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, 56y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios. 57Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él. 58Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon.”
El quebrantamiento abre los Cielos.
A veces, los Cielos no abren, a no ser que estemos quebrantados en oración, con el corazón rendido. Hay cosas que queremos de Dios, pero Él dice: “Todavía no, porque no estás quebrantado”.
Algunos de ustedes se van a encontrar con una ventana en movimiento, la cual es la única oportunidad para sus vidas, y tiene que ver con liberación o dignidad. Escoja mejor la liberación, porque Dios puede devolverle la dignidad.
Cuando cierra su corazón a algo que Dios quiere hacer, rechaza algo que Dios le quiere dar. Usted, quizás, no se puede ver como Dios lo ve, pero debe decir “Sí” a Él.
Es importante que nos pongamos de acuerdo con Dios. Si Él dice que usted es egoísta, dígale: “Sí”, porque no se lo está preguntando. Dios no lo puede ayudar si no se pone de acuerdo con Él, aun en contra de usted mismo.
¡Es tiempo de elevar nuestro corazón por encima de nuestra cabeza! Cuando usted se postra ante Dios (con la cabeza en el suelo), está poniendo su corazón por encima de su cabeza.
Josué 5.13-14 13Estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano Y Josué, yendo hacia él, le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos? 14Él respondió: No; más como Príncipe del ejército de Jehová he venido ahora. Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró; y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo?”
Hay cosas que usted no ha oído de Dios o que Él no le ha dicho porque todavía está de pie. Hay cosas que usted no podrá ver hasta que no esté en la posición correcta (con la cabeza abajo).
(El obispo Garlington comienza aquí a ministrar palabras proféticas, entre canto y oración, llevando a los hombres a la presencia de Dios, donde serán transformados por el poder y el amor del Espíritu Santo.)
Canción interpretada por el Obispo: “La adoración es una herramienta terrible que Dios nos da. Cuando te postras, bien abajo, puedes ver algo que muy pocos pueden ver. Y si te quedas abajo, bien abajo, podrás encontrar un lugar al que irás. Si te humillas bajo su mano poderosa, Él te levantará y te ayudará a ponerte en pie. Él abrazará al quebrantado, Él abrazará al quebrantado. Si te rindes de verdad, encontrarás un dulce lugar de libertad. Dios te inundará de paz perfecta si te humillas bajo su mano.”

Cuando mis manos están levantadas, no siempre estoy adorando; a veces, estoy preguntando o pidiendo algo: “Señor, sácame de aquí”. A veces, no nos damos cuenta de que, aunque seamos mayores de edad, no podemos competir con el Anciano de días. Usted debe decir: “¡Señor, sácame de aquí!”. “Él abrazará al corazón quebrantado.”
“Si te rindes de verdad puedes encontrar un lugar de libertad… sólo si te rindes por completo. Él llenará tu corazón con paz perfecta.”
Fuiste creado por Dios con un propósito específico. Pero si no puedes entender ese propósito… ¡Naciste para ser un adorador! Si no entiendes otras partes, entiende ésta: Tú eres un adorador. Si no adoras a Dios, como eres un adorador, algo vas a adorar. Sólo depende de qué es lo que  adoras: ¿tu profesión?, ¿tu cuerpo…? NO puedes decir que no adoras, tú lo haces; pero ¿qué estás adorando?
Los verdaderos guerreros son adoradores… Las cosas no cambiarán hasta que empieces a adorar a Dios. Empieza a decir, levantando tus manos: “Señor, sácame de aquí.”
El obispo Garlington comienza a cantar lo que sigue, y todos los hombres se ponen de pie, con las manos en alto, tocados por la presencia de Dios, en rendición total.
Canción interpretada por el Obispo: “No he venido a pedirte nada, sino el privilegio de glorificar tu nombre. Que mi cántico y adoración te colmen, para que seas satisfecho. Anhelo adorarte, anhelo adorarte, pararme frente a ti y decirte: A ti levanto mis manos, quiero exaltarte. Aquí en tu presencia, anhelo adorarte.”
La gente no cambia hasta que el dolor de mantenernos iguales, excede el costo del cambio. Lo más precioso es que Dios nos deje escucharlo aunque estemos mal. Pero aun cuando Dios está listo para tocar ese lugar profundo de tu vida, si le preguntas: “¿Abrirás los Cielos?”, Él dirá que no lo hará hasta que estés quebrantado completamente o llegues al lugar más profundo.
Si tu adicción es tu amiga, no puedes ser librado de tu problema. A veces, tu corazón es quebrantado por tu familia, en tu trabajo, por tus amigos… pero no debes resistirte.
(El obispo Garlington termina haciendo un llamado a aquellos que anhelan tener un corazón quebrantado, que reconocen que necesitan ayuda. El ministro invita a los hombres a brindar un cántico en lenguas a Dios. Y él canta: “Abre los Cielos ahora mientras buscamos tu rostro”.)
¡El reino de Dios necesita hombres quebrantados!
 



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