Monday, April 12, 2010
CRECIMIENTO ATRAVEZ DE LA TENTACION (DIA 26)
Feliz es el hombre que no cede y que no
hace el mal cuando es tentado, porque más tarde
recibirá como su recompensa la corona de la vida que
Dios ha prometido a aquellos que lo aman.
Santiago 1:12
Mis tentaciones han sido
mi maestría en teología.
Cada tentación es una oportunidad para hacer el bien.
En el camino a la madurez espiritual, cada tentación se convierte en un peldaño en vez
de una piedra de tropiezo si se da cuenta que es una ocasión tanto para hacer lo correcto como
para hacer lo incorrecto. La tentación simplemente le provee la escogencia. Aunque la
tentación es el arma principal que Satanás usará para destruirlo, Dios quiere usarla para formarlo.
Cada vez que escoge hacer el bien en lugar de pecar, está creciendo en el carácter de
Cristo.
Para entender esto, primero tiene que identificar las cualidades de carácter de Jesús.
Una de las descripciones más concisas del carácter de Jesús es el fruto del Espíritu: "Cuando el
Espíritu Santo controla nuestras vidas, él producirá esta clase de fruto en nosotros: amor, gozo, paz,
paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio." 1
Estas nueve cualidades son una expansión del Gran Mandamiento y presentan una
linda descripción de Jesucristo. Jesús es perfecto amor, gozo, paz, paciencia y el resto del fruto,
encarnado en una sola persona. Poseer el fruto del Espíritu es ser semejante a Cristo.
¿Cómo, entonces, produce el Espíritu Santo estas nueve cualidades de Su fruto en su vida? ¿Las crea instantáneamente? ¿Se despierta usted un día y repentinamente está lleno de
estas características ya totalmente desarrolladas? No. El fruto siempre madura y llega a su
punto lentamente.
La siguiente oración es una de las verdades espirituales más importantes que jamás
aprenderá: ¡Dios desarrolla el fruto del Espíritu en su vida al permitirle que experimente circunstancias
en las que es tentado a expresar exactamente la cualidad opuesta! La formación de
carácter siempre envuelve una escogencia y la tentación provee esa oportunidad.
Por ejemplo, Dios nos enseña a amar al poner a nuestro alrededor a personas difíciles de
amar. No se necesita carácter alguno para amar a personas que son fáciles de amar y que lo
aman a usted. Dios nos enseña el verdadero gozo en medio de la tristeza, cuando nos volvemos
a El. La felicidad depende de las circunstancias externas pero el gozo está basado en su
relación con Dios.
Dios desarrolla la verdadera paz dentro de nosotros, no al hacer que las cosas resulten
como las planeamos sino al permitir tiempos de caos y confusión. Cualquiera puede sentir
paz cuando ve una bella puesta de sol o cuando se relaja mientras está de vacaciones. Aprendemos
la verdadera paz si escogemos confiar en Dios cuando estamos en circunstancias que
nos tientan a preocuparnos o a sentir temor. Así también la paciencia es desarrollada en circunstancias
en las que somos forzados a esperar y somos tentados a ponernos enojados o a
explotar.
Dios usa la situación opuesta de cada característica del fruto para permitirnos una escogencia.
Usted no puede afirmar que es bueno si nunca ha sido tentado a ser malo. No puede
afirmar ser fiel si nunca ha tenido la oportunidad de ser infiel. La integridad se edifica
cuando vence la tentación de no ser honrado; la humildad crece cuando rehusamos ser orgullosos;
y la perseverancia se desarrolla cada vez que rechaza la tentación de darse por vencido.
Cada vez que derrota la tentación, ¡se hace más como Jesús!
Cómo Opera La Tentación
Ayuda saber que Satanás es completamente predecible. El ha usado la misma estrategia
y las mismas artimañas desde la Creación. Todas las tentaciones siguen el mismo método.
Por eso es que Pablo dijo, "Estamos muy familiarizados con sus métodos malvados." 2 De la Biblia
aprendemos que la tentación sigue un proceso de cuatro pasos el cual Satanás usó tanto con
Adán y Eva como con Jesús.
En el primer paso, Satanás identifica un deseo dentro de usted. Puede ser un deseo pecaminoso
– como querer vengarse de otros o querer controlarlos – o puede ser un deseo legítimo
y normal – como el deseo de ser amado o de sentirse importante o de sentir placer. La
tentación empieza cuando Satanás le sugiere – con un pensamiento – que se entregue a un
deseo maligno, o que satisfaga un deseo legítimo de una manera errada o en el tiempo equivocado. Siempre tenga cuidado con los atajos. ¡Muy a menudo son tentaciones! Satanás le
puede susurrar al oído, "¡Te lo mereces! ¡Deberías de tenerlo ahora! Será emocionante... tranquilizante...
te hará sentirte mejor."
Pensamos que la tentación es algo que está fuera de nosotros pero Dios dice que comienza
dentro de nosotros. Si no tuviera el deseo en sus adentros, la tentación no podría
atraerlo. La tentación siempre empieza en su mente, no en las circunstancias. Jesús dijo, "Porque
de adentro, del corazón de la persona salen malos pensamientos, inmoralidad sexual, robo, homicidio,
adulterio, avaricia, maldad, engaño, fuertes deseos por el placer sexual ilegítimo, envidia, calumnias,
arrogancia e insensatez. Todas estas cosas malignas salen de adentro." 3 Santiago nos dice que
hay "un ejército entero de malos deseos dentro de ustedes." 4
El segundo paso es la duda. Satanás trata de hacer que dude de lo que Dios ha dicho
acerca del pecado: ¿Es esto realmente malo? ¿Dijo realmente Dios que no lo hiciera? ¿No
habrá querido decir Dios que esta prohibición era para otra persona o para otro tiempo?
¿Acaso no quiere Dios que sea feliz? La Biblia advierte: "¡Tengan cuidado! No dejen que los malos
pensamientos o las dudas los hagan apartarse del Dios vivo." 5
El tercer paso es la decepción. Satanás es incapaz de decir la verdad y se le llama "el Padre
de las mentiras." 6 Cualquier cosa que él le diga o bien será falso o bien será sólo una media
verdad. Satanás nos ofrece su mentira para reemplazar lo que Dios ya ha dicho en su Palabra.
Satanás dice, "No morirás. Serás más sabio que Dios. Te puedes salir con la tuya. Nadie lo sabrá
jamás. Resolverá tu problema. Además, todos lo hacen. Es solo un pecadillo." Pero un pecadillo
es como estar un poquito embarazada: eventualmente será evidente.
El cuarto paso es la desobediencia. Usted finalmente pone en acción el pensamiento que
ha estado contemplando en su mente. Lo que comenzó como una idea se gesta en un comportamiento.
Se deja llevar por lo que le captó su atención. Cree las mentiras de Satanás y cae en
la trampa que Santiago nos advierte: "Somos tentados cuando somos cautivados y atrapados por
nuestros propios malos deseos. Y entonces nuestros malos deseos conciben y dan nacimiento al pecado;
y el pecado, cuando está totalmente maduro, da nacimiento a la muerte. ¡No sean engañados, mis queridos
amigos!" 7
Venciendo La Tentación
Entender cómo funciona la tentación es útil en sí, pero aquí tiene unos pasos específicos
que necesita tomar para vencerla.
Rehúse dejarse intimidar. Muchos cristianos son atemorizados y desmoralizados por
pensamientos tentadores y se sienten culpables de que no están "más allá" de la tentación.
Sienten vergüenza de sólo el hecho de que son tentados. Esto es un malentendido de la madurez.
Nunca crecerá más allá de la tentación.
En cierto sentido puede considerar la tentación como un cumplido. Satanás no tiene que tentar a aquellos que ya están haciendo su malvada voluntad; ya son suyos. La tentación
es una señal de que Satanás lo odia, no una señal de debilidad o de mundanidad. También es
una parte normal de lo que significa ser humano y de vivir en un mundo caído. No se sorprenda
ni se asuste ni se desanime por ello. Sea realista sobre la inevitabilidad de la tentación;
nunca será capaz de evitarla totalmente. La Biblia dice, "Cuando sean tentados,..." no si
son tentados. Pablo aconseja, "Recuerden que las tentaciones que entran en sus vidas no son diferentes
de las que otros experimentan." 8
No es un pecado ser tentado. Jesús fue tentado, sin embargo nunca pecó. 9 La tentación
se convierte en un pecado solamente cuando se deja llevar por ella. Martín Lutero dijo, "No
es posible que evites que los pájaros vuelen sobre ti, pero sí puedes evitar que hagan un nido
en tu cabeza." No puede impedir que el diablo le sugiera pensamientos, pero puede escoger
no hacerles caso o ponerlos en acción.
Por ejemplo, muchas personas no saben distinguir la diferencia entre la atracción física
o la excitación sexual, y la lujuria. No significan lo mismo. Dios hizo a cada uno de nosotros
un ser sexual y eso es bueno. La atracción y la excitación sexual son respuestas naturales, espontáneas
y dadas por Dios a la belleza física, mientras que la lujuria es un acto deliberado de la
voluntad. La lujuria es la escogencia de cometer en su mente lo que le gustaría hacer con su
cuerpo. Puede sentirse atraído e incluso excitado sin escoger pecar mediante la lujuria. Muchas
personas, especialmente hombres cristianos, se sienten culpables de que sus hormonas,
que fueron dadas por Dios, están funcionando. Cuando notan automáticamente a una mujer
atractiva, asumen que es lujuria y sienten vergüenza y se sienten culpables. Pero la atracción
no es lujuria sino hasta que empiece a usar su imaginación.
La realidad es que cuanto más profundice su intimidad con Dios, tanto más Satanás
tratará de tentarlo. Desde el momento en que se convirtió en un hijo de Dios, Satanás, como
un jefe de la mafia, ha puesto un "contrato" por su cabeza. Usted es su enemigo y él está tramando
su caída.
Algunas veces cuando está orando, Satanás le sugerirá pensamientos grotescos o malvados
sólo para distraerlo y avergonzarlo. No se alarme ni se sienta avergonzado, más bien
entienda que Satanás teme a sus oraciones y hará cualquier cosa para detenerlas. En lugar de
condenarse diciendo, "¿Cómo pude haber pensado semejante cosa?", trátelo como una distracción
de Satanás e inmediatamente vuelva a concentrarse en Dios.
Reconozca su patrón de tentación y prepárese para ello. Hay ciertas situaciones que
lo hacen más vulnerable a la tentación que otras. Algunas circunstancias lo harán caer casi de
inmediato, mientras que otras no lo molestarán mucho. Estas situaciones son únicas a su debilidad
y necesita identificarlas ¡porque Satanás ciertamente las conoce! El sabe exactamente
qué lo hace caer y él está constantemente trabajando para ponerlo en esas circunstancias. Pedro
advierte, "Estén alerta. El diablo está listo para embestir, y nada le gustaría más que agarrarlos dormidos." 10
Pregúntese, "¿Cuándo soy más tentado? ¿Qué día de la semana? ¿Qué hora del día?
Pregúntese, "¿Dónde soy más tentado? ¿En el trabajo? ¿En casa? ¿En la casa del vecino? ¿En
un bar? ¿En un aeropuerto o en un hotel lejos de casa?"
Pregúntese, "¿Quién está conmigo cuando soy más tentado? ¿Mis amigos? ¿Mis colegas?
¿Un grupo de extraños? ¿Cuando estoy solo?" También pregúntese, ¿Cómo me siento usualmente
cuando soy más tentado? Puede que sea cuando está cansado o se sienta solo o aburrido
o deprimido o estresado. Puede que sea cuando ha sido herido o está enojado o preocupado,
o después de un gran triunfo o una gran experiencia espiritual.
Debería de identificar su patrón típico de tentación y después prepararse para evitar
esas situaciones lo más que pueda. La Biblia nos dice repetidamente que anticipemos y que
estemos listos para enfrentar la tentación. 11 Pablo dijo, "No le den al diablo una oportunidad." 12
Planear sabiamente reduce la tentación. Siga el consejo de Proverbios: "Planea cuidadosamente
lo que haces... evita el mal y camina directo hacia adelante. No te salgas ni un paso del camino correcto."
13 "El pueblo de Dios evita los malos caminos, y se protege al ver dónde camina." 14
Ruegue por la ayuda de Dios. El cielo tiene una línea telefónica de emergencia de
veinticuatro horas. Dios quiere que le pida asistencia para que venza la tentación. El dice,
"Llámame en los tiempos de tribulación. Te rescataré y me honrarás." 15
Yo llamo esto una oración de cocina de "microondas" porque es rápida y sin rodeos:
¡Ayúdame! ¡SOS! ¡Auxilio! Cuando la tentación lo ataca, no tiene tiempo para tener una larga
conversación con Dios; usted simplemente pega el grito. David, Daniel, Pedro, Pablo y millones
de otros han orado esta clase de oración instantánea para recibir ayuda en la tribulación.
La Biblia garantiza que nuestro clamor por ayuda será oído porque Jesús se identifica
con nuestra lucha. El se enfrentó con la misma clase de tentaciones que nosotros. El "entiende
nuestras debilidades, porque él enfrentó todas las mismas tentaciones que nosotros tenemos, sin embargo,
no pecó." 16
Si Dios está esperando ayudarnos para derrotar la tentación, ¿por qué no nos volvemos
a El más seguido? Francamente, ¡algunas veces no queremos recibir ayuda! Queremos dejarnos
llevar por la tentación aún cuando sabemos que es malo. En ese momento pensamos
que sabemos qué es lo mejor para nosotros más que Dios.
Otras veces nos sentimos apenados de pedirle ayuda a Dios porque nos dejamos llevar
por la misma tentación repetidamente. Pero Dios nunca se pone irritado, aburrido o impaciente
cuando seguimos yendo a El. La Biblia dice, "Hemos de tener confianza, entonces, y acercarnos
al trono de Dios, donde hay gracia. Allí recibiremos misericordia y encontraremos gracia para
ayudarnos justo cuando la necesitamos." 17 El amor de Dios es eterno y su paciencia dura para
siempre. Si tiene que clamarle a Dios doscientas veces al día para derrotar una tentación en
particular, El todavía estará ansioso de darle misericordia y gracia, por tanto acérquese con valentía. Pídale que le dé poder para hacer lo correcto y tenga la expectación de que lo proveerá.
Las tentaciones nos mantienen dependiendo en Dios. Así como las raíces se hacen más
fuertes cuando el viento sopla contra un árbol, así cada vez que se opone a la tentación se
hará más como Cristo. Cuando caiga -- lo cual ocurrirá -- no es algo fatal. En vez de ceder o
de darse por vencido es mejor que mire a Dios, que tenga la expectación de que le ayudará y
que recuerde la recompensa que lo está esperando: "Cuando las personas son tentadas y continúan
siendo fuertes, deberían de estar felices. Después de que han probado su fe, Dios los recompensará
con vida para siempre." 18
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