Monday, April 12, 2010

CULTIVAR LA VIDA EN COMUNIDAD (DIA 19)



Pueden desarrollar una comunidad saludable y robusta
que vive correctamente con Dios y disfrutar de sus resultados,
solamente si hacen el trabajo duro de llevarse bien entre ustedes,
tratándose entre sí con dignidad y honor.

Santiago 3:18

Se comprometieron a la enseñanza de los apóstoles,
a compartir la vida, a las comidas comunitarias y a las oraciones.

Hechos 2:42


Para tener comunidad se requiere compromiso.
Sólo el Espíritu Santo puede crear la comunión genuina entre creyentes, pero El la cultiva
por medio de las decisiones y los compromisos que hacemos. Pablo señala esta dualidad
de responsabilidades cuando dice, "Han sido unidos en paz a través del Espíritu; esfuércense por
continuar juntos de esta manera." 1 El poder de Dios y nuestro esfuerzo son necesarios para
producir una comunidad cristiana amorosa.
Desdichadamente, muchas personas crecen en familias que tienen relaciones enfermizas,
y por tanto no tienen las habilidades relacionales necesarias para la comunión genuina.
Tienen que ser enseñados cómo llevarse bien con otros y cómo relacionarse con otros en la
familia de Dios. Dichosamente, el Nuevo Testamento está lleno de instrucciones acerca de
cómo compartir la vida juntos. Pablo escribió, "Les escribo estas cosas a ustedes... para que sepan
cómo vivir en la familia de Dios. Esta familia es la iglesia." 2
Si está cansado de la comunión superficial y le gustaría cultivar la comunión genuina
y hacer de su grupo, o de su clase de escuela dominical, o de su iglesia una comunidad amorosa
necesitará tomar unas decisiones difíciles y tomarse algunos riesgos.
Para cultivar el sentido de comunidad se requiere la sinceridad. Tendrá que tener
suficiente cariño como para confrontar amorosamente a otros con la verdad, aún cuando sería
preferible pasar por alto un problema o ignorar un asunto. Aunque es mucho más fácil
permanecer callado cuando otros a nuestro alrededor se están haciendo daño o le están
haciendo daño a otros con un pecado habitual, esta no es la cosa amorosa que se debe hacer.
La mayoría de las personas no tienen a nadie en sus vidas que les tengan suficiente amor como
para decirles la verdad (aún cuando esta sea dolorosa), y por tanto continúan en sus
comportamientos autodestructivos. Muy a menudo sabemos qué es lo que se necesita que se
le diga a alguien, pero nuestros temores nos impiden hacerlo. Muchos grupos han sido saboteados
por el miedo: nadie en el grupo tuvo el valor de hablar cuando la vida de uno de sus
miembros se estaba destruyendo.
La Biblia nos manda que hablemos la verdad en amor 3 porque no podemos tener comunidad
sin la franqueza. Salomón dijo, "Una respuesta sincera es una señal de la verdadera
amistad." 4 Algunas veces esto significa tener el cariño suficiente como para confrontar a alguien
que está pecando o que está siendo tentado a pecar. Pablo dice, "Hermanos y hermanas,
si alguien en su grupo hace algo malo, ustedes los que son espirituales deberían de ir a esa persona y
con mucho cuidado ayudarle a que se componga otra vez." 5
Muchas iglesias y muchos grupos permanecen superficiales porque le tienen miedo al
conflicto. Cuando surge un asunto que puede causar tensión o incomodidad, inmediatamente
es pasado por alto para preservar un falso sentido de paz. Don "No Perturbes la Paz" se pone
en acción, trata de calmar los ánimos de todos, el asunto nunca es resuelto y todos viven
con una frustración subyacente. Todos están conscientes del problema pero nadie lo menciona
abiertamente. Esto crea un ambiente enfermizo de secretos que genera los chismes. La solución
de Pablo fue muy directa: "No más mentiras, no más falsas impresiones. Díganle la verdad a
su vecino. Después de todo, en el Cuerpo de Cristo todos estamos conectados entre sí. Cuando se mienten
unos a otros, se mienten a ustedes mismos." 6
La comunión genuina, ya sea en un matrimonio, en una amistad o en su iglesia depende
de la franqueza. De hecho, el túnel del conflicto es el conducto a la intimidad en cualquier
relación. Hasta que le importe lo suficiente como para confrontar y resolver las barreras
subyacentes, nunca profundizará su intimidad con otros. Cuando un conflicto es manejado
correctamente, la intimidad con otros se profundiza al encarar y resolver las diferencias. La
Biblia dice, "Al final, las personas aprecian más la franqueza que la adulación." 7
La franqueza no es una licencia para decir lo que quiera, dondequiera y cuando quiera.
No es rudeza. La Biblia nos dice que hay un momento correcto y una manera correcta de
hacer todo. 8 Decir palabras sin pensarlas deja heridas que perduran. Dios dice que nosotros
que estamos en la iglesia nos hablemos entre nosotros como miembros amorosos de la familia:
"Nunca uses palabras duras cuando corrijas a alguien mayor, sino que háblale como si fuera tu padre. Háblale a los más jóvenes como si fueran tus hermanos, a las mujeres mayores como si fueran tu
madre y a las mujeres más jóvenes como si fueran tus hermanas." 9
Es triste, pero miles de grupos han sido destruidos por la falta de sinceridad. Pablo tuvo
que regañar a la iglesia en Corinto por su pasivo código de silencio ya que permitieron la
inmoralidad en su congregación. Como nadie tuvo el valor de confrontarla, él dijo, "No pueden
simplemente ignorar el problema y esperar que se desaparezca por sí solo. Sáquenlo a la luz y resuélvanlo...
Mejor un poco de devastación y vergüenza que perdición eterna... Lo consideran algo pequeño,
cuando eso es lo que menos es... no deberían de actuar como si todo está bien cuando uno de sus
compañeros cristianos es promiscuo o estafador, indiferente con Dios o rudo con sus amigos, se emborracha
o se hace avaricioso y depredador. No pueden simplemente estar de acuerdo con esto, tratándolo
como si fuera comportamiento aceptable. No soy responsable de lo que hagan los que están fuera de la
iglesia, pero, ¿no tenemos alguna responsabilidad por aquellos dentro de nuestra comunidad de creyentes?
10
Para cultivar el sentido de comunidad se requiere la humildad. Creerse importante,
el esnobismo y el orgullo obstinado destruyen la comunión más rápido que cualquier cosa. El
orgullo edifica paredes entre personas; la humildad construye puentes. La humildad es el
aceite que suaviza y calma las relaciones. Por eso es que la Biblia dice, "Vístanse con la humildad
cuando se traten entre sí." 11 La ropa apropiada para la comunión es la actitud humilde.
El resto del versículo dice, "... porque Dios se opone a los orgullosos, pero le da gracia a los
humildes." 12 Esta es la otra razón por la que necesitamos ser humildes: el orgullo bloquea la
gracia de Dios en nuestras vidas, la cual tenemos que tener para crecer, cambiar, sanarnos y
ayudar a otros. Recibimos la gracia de Dios cuando humildemente admitimos que la necesitamos.
La Biblia dice que cuando somos orgullosos, ¡estamos viviendo en oposición a Dios!
Esa es una manera de vivir necia y peligrosa.
Puede desarrollar la humildad de maneras muy prácticas: admitiendo sus debilidades,
siendo paciente con las debilidades de otros, aceptando la corrección y dejando que otros
sean el centro de atención. Pablo aconsejó, "Vivan en armonía entre ustedes. No traten de actuar
como si fueran importantes sino que disfruten de la compañía de la gente ordinaria. ¡Y no se crean que
lo saben todo!" 13 A los cristianos en Filipos les escribió, "Den más honor a otros que a ustedes
mismos. No estén interesados solamente en sus propias vidas, sino que interésense en las vidas de
otros." 14
La humildad no es pensar menos de usted mismo, es pensar menos en usted mismo.
La humildad es pensar más en otros. Las personas humildes están tan concentradas en servir
a otros que no piensan en sí mismas.
Para cultivar el sentido de comunidad se requiere la cortesía. La cortesía es respetar
nuestras diferencias, ser considerado con los sentimientos de otros y ser paciente con las personas
que nos irritan. La Biblia dice, "Tenemos que cargar 'la carga' de ser considerados con las dudas y temores de otros." 15 Pablo dijo a Tito, "El pueblo de Dios debería de tener un gran corazón y
ser cortés." 16
En cada iglesia y en cada grupo hay al menos una persona "difícil", generalmente más
de una. Estas personas pueden tener necesidades emocionales especiales, profundas inseguridades,
manierismos irritantes o pocas habilidades sociales. Podría catalogar a ésta persona
como un N.E.G. -- "Necesita Extra Gracia."
Dios puso a estas personas entre nosotros tanto para nuestro beneficio como para el de
ellos. Son una oportunidad para crecer y para poner a prueba la comunión: ¿vamos a amarlos
como hermanos y hermanas y tratarlos con dignidad?
En una familia, la aceptación no está basada en qué tan inteligente se es o qué tan talentoso.
Está basada en el hecho de que nos pertenecemos los unos a los otros. Defendemos y
protegemos a los de la familia. Puede que un miembro de la familia sea un poquito diferente,
pero es uno de nosotros. Asimismo, la Biblia dice, "Sean dedicados los unos a los otros como en
una familia amorosa. Distínganse en que se respetan mutuamente." 12
La verdad es que todos tenemos nuestras propias manías y hábitos que molestan a
otros. Pero el sentido de comunidad no tiene nada que ver con la compatibilidad. La base de
nuestra comunión es nuestra relación con Dios: somos familia.
Una clave para ser cortés es entender el pasado de las personas. Descubra la historia
de ellas. Cuando sepa por lo que han pasado, será más comprensivo. En vez de pensar cuánto
les falta, piense en cuánto han avanzado a pesar de sus heridas.
Otra clave para ser cortés es no minimizar las dudas de las otras personas. Sólo porque
usted no le tiene miedo a algo, eso no lo hace un sentimiento inválido. La comunidad genuina
ocurre cuando las personas saben que tienen toda la seguridad que necesitan para que
puedan compartir sus dudas y sus temores sin ser juzgados.
Para cultivar el sentido de comunidad se requiere la confidencialidad. Sólo en el
ambiente seguro de la aceptación cálida y la confidencialidad segura es que las personas se
abrirán y compartirán sus heridas, sus necesidades y sus errores más profundos. La confidencialidad
no significa guardar silencio mientras un hermano o hermana está pecando. Significa
que lo que es compartido en su grupo necesita quedarse en su grupo, y el grupo necesita
ver qué puede hacer acerca de ello, no chismear con otros lo compartido.
Dios odia el chisme, especialmente cuando tratamos de pasarlo como una "petición de
oración" por otros. Dios dice, "El chisme es propagado por personas malas; ellas crean problemas y
rompen amistades." 18 El chisme siempre causa heridas y divisiones y destruye la comunión, y
Dios es muy franco que hemos de confrontar a aquellos que causan divisiones entre cristianos.
19 Si los confronta acerca de sus acciones divisivas, puede que se enojen y que dejen su
grupo o su iglesia, pero el sentido de comunidad de la iglesia es más importante que cualquier
individuo.
Para cultivar el sentido de comunidad se requiere la frecuencia. Tiene que tener contacto
frecuente y habitual con su grupo para que pueda edificar la comunión genuina. Las
relaciones toman tiempo. La Biblia nos dice, "No rompamos el hábito de reunirnos, como algunos
lo están haciendo. Al contrario, animémonos los unos a los otros." 20 Hemos de desarrollar el hábito
de reunirnos. Un hábito es algo que se hace con frecuencia y no de vez en cuando. Tiene que
pasar tiempo con las personas – mucho tiempo – para formar relaciones profundas. Por esto
es que la comunión es muy superficial en muchas iglesias; no pasamos suficiente tiempo juntos,
y el tiempo que pasamos es usualmente escuchando hablar a una persona.
La comunidad no se edifica sobre la conveniencia ("nos reuniremos cuando tenga ganas")
sino sobre la convicción que la necesito para mi salud espiritual. Si quiere cultivar la
comunión genuina, tendrá que reunirse aún cuando no siente ganas porque cree que es importante.
¡Lo primeros cristianos se reunían todos los días! "Adoraban juntos asiduamente en el
Templo cada día, se reunían en grupos en hogares para tener comunión y compartían sus alimentos
con gran gozo y agradecimiento." 21 La comunión requiere una inversión de tiempo.
Si es miembro de un grupo o una clase, lo insto a que haga un pacto de grupo que incluya
las nueve características de la comunión bíblica: compartiremos nuestros verdaderos
sentimientos (autenticidad), nos daremos ánimo los unos a los otros (mutualidad), nos apoyaremos
unos a otros (simpatía), nos perdonaremos unos a otros (misericordia), hablaremos
la verdad en amor (sinceridad), admitiremos nuestras debilidades (humildad), respetaremos
nuestras diferencias (cortesía), no diremos chismes (confidencialidad) y tendremos al grupo
como una prioridad (frecuencia).
Cuando mira la lista de características, es obvio por qué la comunión genuina es muy
rara. Significa poner a un lado nuestro egocentrismo e independencia para que seamos interdependientes.
Pero los beneficios de compartir la vida juntos superan grandemente los costos
y nos prepara para el cielo.

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