Wednesday, April 14, 2010

REQUIERE TIEMPO (DIA 28)



Todo en la tierra tiene su propio tiempo
y su propia estación.

Eclesiastés 3:1

Estoy seguro de que Dios, que comenzó la buena obra
dentro de ustedes, les seguirá ayudando a crecer
en su gracia hasta que su labor dentro de ustedes
sea finalmente acabada en ese día cuando
Jesucristo regrese.

Filipenses 1:6

No hay atajos hacia la madurez.

Se requieren años para que lleguemos a ser adultos y se requiere toda una estación para
que la fruta madure y esté lista. Lo mismo es verdad del fruto del Espíritu. El desarrollo de
un carácter semejante al de Cristo no puede ser apresurado. El crecimiento espiritual, como el
crecimiento físico, requiere tiempo.
Cuando trata de madurar una fruta rápidamente, pierde su sabor. En los Estados Unidos,
los tomates usualmente se recogen verdes para que no se magullen cuando son transportados
a los mercados. Después, antes de ser vendidos, estos tomates verdes son rociados con
dióxido de carbono para hacerlos rojos instantáneamente. Los tomates rociados con el gas
son comestibles pero no se comparan en nada al sabor de un tomate que maduró en la rama
porque se le dejó que madurara lentamente.
Mientras que a nosotros nos preocupa qué tan rápido crecemos, a Dios le interesa qué
tan fuerte crecemos. Dios ve nuestras vidas desde y para la eternidad, y por tanto nunca tiene
prisa.
Lane Adams una vez comparó el proceso del crecimiento espiritual a la estrategia que
usaron las Fuerzas Aliadas en la Segunda Guerra Mundial para liberar las islas del Pacífico
Sur. Primero "suavizaban" una isla, debilitando la resistencia al bombardear las fuerzas enemigas
desde barcos cerca de la costa. Seguidamente, un grupo de fuerzas especiales invadía
la isla y establecía una "zona libre" – una área pequeña de la isla que podía mantener bajo su
control. Una vez que la zona libre estaba asegurada, empezaban el largo proceso de liberar el
resto de la isla, parte por parte. Eventualmente, tenían la isla entera bajo control, pero no sin
antes librar unas batallas costosas.
Adams hizo este paralelo: antes de que Cristo invada nuestras vidas por medio de la
conversión, a veces El tiene que "suavizarnos" al permitir problemas que no podemos controlar.
Aunque algunos abren sus vidas a Cristo la primera vez que les llama a la puerta, la mayoría
de nosotros nos resistimos y nos ponemos a la defensiva. Nuestra experiencia de preconversión
es Jesús diciendo, "He aquí estoy a la puerta, bombardeándote."
En el instante en que se abre a Cristo, Dios obtiene una "zona libre" en su vida. Usted
puede pensar que le ha entregado toda su vida a El, pero la verdad es que hay mucho de su
vida de lo cual ni siquiera está consciente. Sólo puede darle a Dios tanto de usted como hasta
donde usted lo entiende en ese momento. Y eso está bien. Una vez que a Cristo le es dada
una zona libre, El comienza la campaña de tomar control de más y más territorio hasta que su
vida entera es totalmente de El. Habrán luchas y batallas pero el resultado final nunca estará
en duda. Dios ha prometido que "el que comenzó una buena obra en ustedes la llevará a cabo hasta
completarla." 1
El discipulado es el proceso de conformarse a Cristo. La Biblia dice, "Arribamos a la
madurez genuina – a esa medida de desarrollo por la cual se quiere decir 'la plenitud de Cristo. '" 2 Ser
semejante a Cristo es eventualmente su destino pero su jornada durará toda una vida.
Hasta este punto hemos visto que esta jornada consiste en creer (por medio de la adoración),
conectarse (por medio de la comunión) y cambiar (por medio del discipulado). Dios
quiere que usted se haga cada día un poco más semejante a El: "Han comenzado a vivir la nueva
vida, en la cual están siendo hechos nuevos y se están haciendo semejantes al que los hizo." 3
En la actualidad estamos obsesionados con la velocidad pero Dios está más interesado
en que seamos fuertes y estables que en que seamos vertiginosos. Queremos el remedio al
instante, queremos tomar el atajo y queremos la solución instantánea. Queremos un sermón,
un seminario o una experiencia que instantáneamente nos resuelva todos los problemas, nos
remueva toda tentación y nos libre de todos los dolores del crecimiento. Pero la madurez genuina
nunca es el resultado de una sola experiencia, no importa qué tan poderosa o como vedora sea. El crecimiento es algo gradual. La Biblia dice, "Nuestras vidas gradualmente se
hacen más brillantes y más bellas a medida que Dios entra en nuestras vidas y nos hacemos semejantes
a él." 4

¿Por Qué Se Toma Tanto Tiempo?

Aunque Dios podría transformarnos instantáneamente, El ha escogido desarrollarnos
lentamente. Jesús es deliberado en el desarrollo de sus discípulos. Así como Dios permitió
que los israelitas se apoderaran de la Tierra Prometida "poco a poco" 5 para que no fueran
abrumados, El prefiere trabajar en pasos incrementales en nuestras vidas.
¿Por qué se toma tanto tiempo cambiar y crecer? Hay varias razones.
Somos lentos en aprender. Muy a menudo tenemos que reaprender una lección cuarenta
o cincuenta veces para realmente entenderla. Los mismos problemas siguen recurriendo
y pensamos, "¿Otra vez? ¡Ya aprendí eso!" – pero Dios nos conoce muy bien. La historia de
Israel ilustra qué rápido que olvidamos las lecciones que Dios nos enseña y qué pronto que
nos revertimos a nuestros viejos patrones de comportamiento. Necesitamos ser expuestos a la
lección repetidamente.
Tenemos mucho que desaprender. Muchas personas van a un consejero debido a un
problema personal o relacional que tomó años en desarrollarse y dicen, "Necesito que me
compongas. Sólo tengo una hora." Ingenuamente esperan obtener una solución instantánea a
una dificultad que ha sido muy prolongada y que está profundamente arraigada. Ya que la
mayoría de nuestros problemas – y todos nuestros malos hábitos – no se desarrollaron de la
noche a la mañana, no es realista esperar que se desaparezcan inmediatamente. No hay pastilla,
plegaria o principio que vaya a deshacer instantáneamente el daño de muchos años. Requiere
el trabajo duro de remover lo malo y reemplazarlo con lo bueno. La Biblia llama esto
"despojarse del hombre viejo" y "vestirse del hombre nuevo." 6 Aunque recibió una naturaleza totalmente
nueva al momento de su conversión, todavía tiene viejos hábitos, patrones y prácticas
que necesitan ser removidos y reemplazados.
Tenemos miedo de confrontar humildemente la verdad acerca de nosotros mismos.
Ya he enseñado que la verdad nos hará libres pero muy a menudo también nos hará sentirnos
miserables. El temor de lo que podríamos descubrir si sinceramente enfrentamos los defectos
de nuestro carácter nos mantiene viviendo en una prisión de negación. Sólo a medida
que le permitimos a Dios que ilumine con la luz de Su verdad nuestros defectos, fracasos y
debilidades es que podemos comenzar a trabajar en ellos. Por eso es que no puede crecer sin
tener una actitud humilde y abierta a ser enseñado.
El crecimiento es a menudo doloroso y atemorizante. No hay crecimiento sin cambio;
no hay cambios sin temor o pérdida; y no hay pérdida sin dolor. Todo cambio envuelve la
pérdida de algo: tiene que dejar de aferrarse a sus viejas maneras de actuar para experimentar las nuevas. Tenemos miedo de estas pérdidas, aún cuando nuestras viejas maneras de actuar
nos sabotean, porque, como un par de zapatos viejos, al menos estas se sienten cómodas
y nos son familiares.
Frecuentemente las personas se forman su identidad en torno a sus defectos. Decimos,
"Es que así soy cuando..." y "Así es como soy." La preocupación inconsciente es que si dejo ir
mi hábito, mi herida o mi defecto, ¿quién seré? Este temor puede definitivamente hacer que
su crecimiento sea más lento.
Los hábitos requieren tiempo para desarrollarse. Recuerde que su carácter es la suma
total de sus hábitos. No puede decir que es amable a menos que sea habitualmente amable –
usted muestra amabilidad sin ni siquiera pensarlo. No puede decir que tiene integridad a
menos que sea su hábito ser siempre honesto. Un marido que es fiel a su esposa la mayor parte
del tiempo ¡no es fiel del todo! Sus hábitos definen su carácter.
Sólo hay una manera de desarrollar los hábitos de un carácter semejante al de Cristo:
tiene que practicarlos – ¡y eso requiere tiempo! No hay hábitos instantáneos. Pablo instó a Timoteo,
"Practica estas cosas. Dedica tu vida a ellas para que todos puedan ver tu progreso." 7
Si practica algo por un tiempo, se hace bueno a ello. La repetición es la madre del carácter
y la habilidad. Estos hábitos formadores de carácter son llamados frecuentemente "disciplinas
espirituales," y hay docenas de libros muy buenos que le pueden enseñar cómo
hacerlas. Vea el Apéndice 2, donde encontrará una lista de libros recomendados para el crecimiento
espiritual.

No Se Apresure

A medida que avanza hacia la madurez espiritual, hay varias maneras de cooperar con
Dios durante el proceso.
Crea que Dios está trabajando en su vida aún cuando no lo sienta. A veces el crecimiento
espiritual es un trabajo tedioso consistiendo de un pequeño paso a la vez. Espere un
mejoramiento gradual. La Biblia dice, "Todo en la tierra tiene su propio tiempo y su propia estación."
8 Hay estaciones también en su vida espiritual. Algunas veces tendrá un avance corto e
intenso de crecimiento (primavera) seguido por un período de estabilización y prueba (otoño
e invierno).
¿Y qué de esos problemas, hábitos y heridas que le gustaría que fuesen milagrosamente
removidos? Está bien orar por un milagro, pero no se desilusione si la respuesta viene por
medio de un cambio gradual. Con el tiempo, una lenta y persistente corriente de agua erosiona
la roca más dura y convierte rocas gigantes en piedrillas. Con el tiempo, un pequeño
brote se convierte en un gigante secoya de 350 pies de altura.
Mantenga un cuaderno o un diario de lecciones aprendidas. Este no es un diario de eventos, sino un registro de lo que está aprendiendo. Escriba las verdades y las lecciones vitales
que Dios le enseña acerca de El, de usted, de la vida, de las relaciones y de todo lo demás.
Escriba esto para que las repase y las recuerde y se las pase a la próxima generación. 9 La razón
por la que tenemos que pasar por la misma lección es porque la olvidamos. Repasar su
diario espiritual asiduamente puede evitarle mucho dolor y sufrimiento innecesarios. La Biblia
dice, "Es crucial que mantengamos empuñados firmemente lo que hemos oído para que no nos extraviemos."
10
Tenga paciencia con Dios y con usted mismo. Una de las frustraciones de la vida es
que el calendario de Dios es raramente exacto al nuestro. A menudo tenemos prisa cuando
Dios no tiene prisa. Puede que se sienta frustrado con el progreso aparentemente lento que
está haciendo en la vida. Recuerde que Dios nunca tiene prisa, pero siempre llega a tiempo.
El usará toda su vida para prepararlo para su papel en la eternidad.
La Biblia está llena de ejemplos de cómo Dios usa un proceso prolongado para formar
el carácter, especialmente en líderes. Dios se tomó ochenta años para preparar a Moisés, incluyendo
cuarenta en el desierto. Por 14,600 días, Moisés esperaba y preguntaba, "¿Ya llegó la
hora?" Pero Dios decía, "Todavía no."
Contrario a los títulos de libros populares, no hay Pasos Fáciles a la Madurez o Secretos
De la Santidad Instantánea. Cuando Dios quiere hacer un hongo, lo hace de la noche a la mañana;
pero cuando quiere hacer un roble gigante, se toma cien años. Grandes almas son crecidas
mediante luchas y tormentas y temporadas de sufrimiento. Sea paciente con el proceso.
Santiago aconsejó, "No traten de salirse de nada prematuramente. Dejen que haga su obra para que
maduren y lleguen a estar bien desarrollados." 11
No se desanime. Cuando Habacuc se puso deprimido porque pensaba que Dios no estaba
actuando lo suficientemente rápido, Dios tenía esto que decir: "Estas cosas que planeo no
ocurrirán inmediatamente. Lentamente, consistentemente y seguramente el tiempo se aproxima cuando
la visión será cumplida. Si parece lenta, no te desesperes, porque estas cosas tendrán que ocurrir. ¡Sólo
sé paciente! No se retrasarán un solo día." 12 Experimentar un retraso no quiere decir que Dios

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