Friday, April 9, 2010

DESARROLLANDO TU AMISTAD CON DIOS (DIA 12)



El ofrece su amistad al íntegro.
Proverbios 3:32
Acérquense a Dios, y Dios
se acercará a ustedes.

Santiago 4:8

Usted es el que escoge qué tan íntimo será con Dios.
Como cualquier otra amistad, tiene que esforzarse por desarrollar su amistad con
Dios. No será por casualidad. Requiere deseo, tiempo y energía. Si quiere tener una conexión
más íntima y profunda con Dios, tiene que aprender a compartir sinceramente sus sentimientos
con El, confiar en El cuando El le pida que haga algo, aprender a interesarse en lo que le
interesa, y desear Su amistad más que cualquiera cosa.
Tengo que escoger ser sincero con Dios. El primer ladrillo que tiene que poner para
edificar una relación más profunda con Dios es la sinceridad completa – acerca de sus faltas y
de sus sentimientos. Dios no espera que sea perfecto, pero sí insiste en su sinceridad total.
Ninguno de los amigos de Dios en la Biblia era perfecto. Si la perfección fuese un requisito
para tener amistad con Dios, nunca seríamos capaces de ser Sus amigos. Dichosamente, debido
a la gracia de Dios, Jesús todavía es "el amigo de pecadores." 1
En la Biblia, los amigos de Dios eran sinceros con sus sentimientos, muchas veces quejándose,
dudando, acusando y arguyendo con su Creador. Dios, sin embargo, no parecía ponerse
molesto por esta clase de franqueza. De hecho, El la alentaba.
Dios permitió que Abraham lo cuestionara y lo desafiara en cuanto a la destrucción de
la ciudad de Sodoma. Abraham se puso a fastidiar a Dios sobre lo que sería necesario para
que eximiera a la ciudad, negociando con Dios de cincuenta justos a sólo diez.
Dios también escuchó pacientemente las muchas acusaciones de injusticia, traición y
abandono de David. Dios no mató a Jeremías cuando él declaró que Dios lo había engañado.
Job fue permitido desahogarse de su amargura durante su suplicio, y al final, Dios defendió a
Job por ser sincero, y amonestó a los amigos de Job por no ser auténticos. Dios les dijo, "Ustedes
no han sido sinceros ni conmigo ni acerca de mí – no como mi amigo Job lo ha sido... Mi amigo Job
ahora pedirá por ustedes y aceptaré su oración." 2
Un ejemplo sorprendente de amistad franca,3 fue cuando Dios expresó sinceramente
Su total repudio de la desobediencia de Israel. Le dijo a Moisés que cumpliría Su promesa de
darle a los israelitas la Tierra Prometida, pero ¡El no iba a dar un paso más con ellos en el desierto!
Dios estaba harto, y le dijo a Moisés exactamente cómo se sentía.
Moisés, hablando como un "amigo" de Dios, respondió con igual candor. '"Mira, me
pides que guíe este pueblo pero no me dejas saber a quién mandarás conmigo... Si soy tan especial para
ti, revélame tus planes... No lo olvides, este es TU pueblo, tu responsabilidad... Si tu presencia no nos
guía a partir de este momento, ¡cancela este viaje inmediatamente! ¿De qué otra manera voy a saber
que estás conmigo en esto, conmigo y con tu pueblo? ¿Vas a viajar con nosotros o no?... Dios le dijo a
Moisés, 'Está bien. Haré como dices; también haré esto porque te conozco bien y eres especial para
mí.'" 4
¿Puede Dios tolerar esta clase de sinceridad franca e intensa con usted? ¡Absolutamente!
La amistad genuina se edifica en la transparencia. Lo que puede parecer como osadía, Dios
lo ve como autenticidad. Dios escucha las palabras apasionadas de sus amigos; El se aburre de
las frases piadosas estereotipadas y predecibles. Para ser un amigo de Dios, tiene que ser sincero
con Dios, compartiendo sus verdaderos sentimientos, no lo que piensa que debería de
sentir o de decir.
Es muy posible que necesite confesar algún enojo o resentimiento que sienta contra
Dios si en ciertas áreas de su vida se ha sentido robado o decepcionado. Hasta que maduramos
lo suficiente para entender que Dios usa todo para el bien de nuestras vidas, guardamos
un resentimiento hacia Dios por nuestro físico, nuestro pasado, nuestras oraciones que no
han sido contestadas, nuestras heridas del pasado y otras cosas que cambiaríamos si fuésemos
Dios. Muy a menudo la gente le echa la culpa a Dios por las heridas causadas por otros.
Esto produce lo que William Backus llama "su querella secreta con Dios."
La amargura es el mayor obstáculo a una amistad con Dios: ¿Por qué querría ser amigo
de Dios si él permitió esto? El antídoto, por supuesto, es darse cuenta que Dios siempre actúa
con sus mejores intereses en mente, aún cuando es doloroso y no lo entiende. Pero dejar ir su resentimiento y revelar su sentimiento es el primer paso a la sanación. Así como muchas
personas en la Biblia lo hicieron, dígale a Dios exactamente cómo se siente. 5
Para instruirnos en la sinceridad transparente, Dios nos dio el libro de Salmos – un
manual de adoración lleno de quejas, lamentos, dudas, temores, resentimientos y profundas
pasiones combinado con declaraciones de agradecimiento, alabanza y fe. Toda emoción posible
está catalogada en los Salmos. Cuando lee las confesiones llenas de emoción de David y
de otros, se da cuenta que así es como Dios quiere que usted lo adore – expresando todo lo
que siente. Puede orar como David: "Derramo mis quejas delante de él y le digo todos mis problemas,
porque estoy abrumado." 6
Es alentador saber que todos los amigos íntimos de Dios – Moisés, David, Abraham,
Job y otros – tuvieron que luchar con la duda. Y en lugar de enmascarar sus dudas con frases
piadosas estereotipadas, las expresaron francamente y en público. Expresar la duda es a veces
el primer paso hacia el próximo nivel de intimidad con Dios.
Tengo que escoger obedecer a Dios en fe. Cada vez que confía en la sabiduría de Dios
y hace lo que sea que le pide, aún cuando no lo entienda, profundiza su amistad con Dios.
Normalmente no pensamos que la obediencia es una característica de la amistad; eso está reservado
para los padres o el jefe o para un oficial superior, no para un amigo. Sin embargo,
Jesús lo dijo claro que la obediencia es una condición para ser íntimo con Dios. El dijo, "Son
mis amigos, si hacen lo que les mando." 7
En el capítulo anterior, señalé que la palabra que Jesús usó cuando nos llamó "amigos",
se refería a los "amigos del rey" en una corte real. Aunque estos amigos íntimos tenían privilegios
especiales, estaban, sin embargo, sujetos al rey y tenían que obedecer sus órdenes. Somos
amigos de Dios, pero no somos sus iguales. Él es nuestro amoroso líder y nosotros lo seguimos.
Obedecemos a Dios, no por obligación o por temor o por compulsión, sino porque lo
amamos y confiamos que El sabe qué es lo mejor para nosotros. Queremos seguir a Cristo porque
estamos agradecidos por todo lo que ha hecho por nosotros, y cuanto más de cerca lo seguimos,
más profunda se hace nuestra amistad con él.
A menudo los no creyentes piensan que obedecemos por obligación o por culpa o por
temor al castigo cuando lo opuesto es la realidad. Porque hemos sido perdonados y liberados,
obedecemos por amor -- ¡y nuestra obediencia nos trae un gran gozo! Jesús dijo, "Los he
amado, así como el Padre me ha amado. Permanezcan en mi amor. Cuando me obedecen permanecen en
mi amor, así como yo obedezco a mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que sean
llenos con mi gozo. Sí, el gozo de ustedes rebosará." 8
Note que Jesús tiene la expectación de que hagamos solamente lo que El hizo con el
Padre. La relación con su Padre es el modelo de nuestra relación con El. Jesús hizo todo lo
que el Padre le pidió que hiciera -- por amor.
La verdadera amistad no es pasiva; toma acción. Cuando Jesús nos pide que amemos a
otros, que ayudemos a los necesitados, que mantengamos nuestras vidas limpias y que traigamos
a otros a El, el amor es lo que nos motiva a obedecer inmediatamente.
A menudo somos retados a hacer "grandes cosas" para Dios, cuando en realidad Dios
se complace más cuando hacemos las cosas pequeñas en amorosa obediencia. Puede que
otros no las noten, pero Dios las ve y las considera como actos de adoración.
Puede que las grandes oportunidades vengan una vez en la vida, pero las pequeñas
oportunidades nos rodean día tras día. Aún a través de actos tan simples como decir la verdad,
ser amable y alentar a otros, le ponemos una sonrisa al rostro de Dios. Dios valora simples
actos de obediencia más que nuestras oraciones, alabanzas y ofrendas. La Biblia nos dice,
"¿Qué complace más al Señor: holocaustos y sacrificios o la obediencia a su voz? Es mejor obedecer que
sacrificar." 9
Jesús comenzó su ministerio público a la edad de 30 años cuando fue bautizado por
Juan. En este acontecimiento, Dios dijo desde el cielo: "Este es mi Hijo amado, y estoy totalmente
complacido con él." 10 ¿Qué había estado haciendo Jesús por treinta años que le dio tanto placer
a Dios? La Biblia no dice nada acerca de esos años ocultos excepto por una simple frase en
Lucas 251: "El regresó a Nazaret con ellos, y con ellos vivió obedientemente" (Msg). Treinta años de
complacer a Dios fueron resumidos en dos palabras: ¡"vivió obedientemente"!
Tengo que escoger valorar lo que Dios valora. Esto es lo que los amigos hacen -- se
interesan en lo que es importante para la otra persona. Cuanto más se haga amigo de Dios,
más le interesarán las cosas que a El le interesan, se entristecerá de lo que le entristece y se
regocijará en las cosas que le complacen.
Pablo es el mejor ejemplo de esto. La agenda de Dios era su agenda, y lo que apasionaba
a Dios lo apasionaba a él: "La cosa que más me agita es que me importan mucho -- ¡esta es la
pasión de Dios quemándose dentro de mí!" 11 David sintió lo mismo: "La pasión por tu casa quema
dentro de mí, de tal manera que aquellos que te insultan me insultan a mí." 12
¿Qué es lo que más le importa a Dios? La redención de Su pueblo. ¡El quiere que todos
los hijos perdidos sean encontrados! Esa es la mera razón por la que Jesús vino a la tierra. Lo
más querido por el corazón de Dios es la muerte de su Hijo. La segunda cosa más querida
por el corazón de Dios es que sus hijos compartan esta información con otros. Para ser un
amigo de Dios, tiene que importarle todas las personas a su alrededor que le importan a Dios.
Los amigos de Dios le hablan a sus amigos acerca de Dios.
Tengo que desear la amistad con Dios más que cualquier cosa. Los salmos están llenos
de ejemplos de este deseo. David deseaba apasionadamente conocer a Dios por encima
de cualquier cosa; él usó palabras como deseo, anhelo, sed, hambre. El tenía un deseo intenso de
Dios. El dijo, "La cosa que más busco es el privilegio de meditar en su templo, vivir en su presencia todos los días de mi vida, deleitándome en sus perfecciones incomparables y en su gloria." 13 En otro
salmo dijo, "Para mí, tu amor significa más que la vida." 14
La pasión de Jacob por obtener la bendición de Dios para su vida era tan intensa que
luchó con Dios en el suelo toda una noche diciendo, "No te dejaré ir a menos que me bendigas." 15
La parte increíble de esa historia es que Dios, que es el Todopoderoso, ¡dejó que Jacob ganara!
Dios no se ofende cuando "luchamos" con El, porque la lucha requiere contacto personal ¡y
nos trae cerca de El! La lucha también es una actividad apasionada y a Dios le agrada cuando
somos apasionados con El.
Pablo fue otro hombre apasionado por la amistad con Dios. Nada le importaba más,
era su primera prioridad, su concentración total y la máxima meta de su vida. Esta es la razón
por la que Dios usó a Pablo de una gran manera. Una traducción expresa así la fuerza total de
la pasión de Pablo: "Mi determinado propósito es que lo conozca – que pueda progresivamente llegar
a estar relacionado con él más profunda e íntimamente, percibiendo y reconociendo y entendiendo las
maravillas de su Persona más fuertemente y más claramente." 16
La verdad es que usted es el que escoge qué tan íntimo será con Dios. La amistad íntima
con Dios es una escogencia, no es una casualidad. Tiene que buscarla intencionalmente. ¿De
veras la quiere – más que cualquier cosa? ¿Qué valor tiene para usted? ¿Vale tanto como para
dejar otras cosas? ¿Vale la pena el esfuerzo de desarrollar los hábitos y las habilidades que se
necesitan?
Puede que se haya sentido apasionado por Dios en el pasado pero ha perdido ese deseo.
Ese era el problema de los cristianos en Efeso – habían abandonado su primer amor.
Hicieron todo lo correcto, pero por obligación, no por amor. Si ha estado haciendo las cosas
sin ganas espiritualmente, no se sorprenda cuando Dios permita que el dolor entre en su vida.
El dolor es el combustible de la pasión – nos da la energía para cambiar, con una intensidad
que normalmente no poseemos. C.S. Lewis dijo, "El dolor es el megáfono de Dios."
Es lo que Dios usa para sacarnos del letargo espiritual. Sus problemas no son un castigo; son
las llamadas de un Dios amoroso a que se despierte. Dios no está enojado con usted; El está
enloquecido por usted, y El hará cualquier cosa para hacerlo que vuelva a tener comunión con
El. Pero hay una manera más fácil para volver a encender su pasión por Dios: empiece a pedirle
a Dios que se la dé, y siga pidiéndola hasta que la tenga. Ore esto durante el día: "Amado
Jesús, más que nada, quiero conocerte íntimamente." Dios dijo a los cautivos en Babilonia:
"Cuando se pongan serios acerca de encontrarme y lo quieran más que cualquier cosa, me aseguraré
que no sean decepcionados." 17

TU RELACIÓN MÁS IMPORTANTE

No hay nada – absolutamente nada – más importante que desarrollar su amistad con
Dios. Es una relación que durará para siempre. Pablo dijo a Timoteo, "Algunas de estas personas
se han perdido de la cosa más importante de la vida – no conocen a Dios." 18 ¿Se ha estado perdiendo de la cosa más importante de la vida? Puede hacer algo acerca de esto comenzando
hoy. Recuerde, es su escogencia. Usted es el que escoge qué tan íntimo será con Dios.

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