Thursday, April 8, 2010
QUE GUIA TU VIDA .?(DIA 3)
He observado que lo que conduce a muchos a lograr el éxito
es la fuerza impulsadora de la envidia y los celos.
Eclesiastés 4:4 (LB)
Un hombre sin propósito es como
una barca sin timón – un soplo,
un nadie, no es un hombre.
Thomas Carlyle
La vida de cada uno de nosotros es conducida por algo.
La mayoría de los diccionarios definen el verbo conducir como "guiar, controlar, dirigir."
Cuando conduce un auto, o una orquesta o una investigación usted está guiando, controlando
y dirigiendo eso en ese momento. ¿Cuál es la fuerza que conduce su vida?
Puede que en este momento lo esté conduciendo un problema, una presión o una fecha
tope. Puede que lo esté conduciendo una memoria dolorosa, un miedo espantador o una
creencia inconsciente. Hay cientos de circunstancias, valores y emociones que pueden conducir
su vida. Aquí tiene cinco de las fuerzas más comunes:
Muchas personas son conducidas por la culpa. Se pasan toda su vida huyendo de sus
remordimientos y escondiendo su vergüenza. Las personas conducidas por la culpabilidad
son manipuladas por sus memorias. Permiten que su pasado controle su futuro. Muy a menudo
inconscientemente se castigan a sí mismas al sabotear su propio éxito. Cuando Caín pecó,
su culpa lo desconectó de la presencia de Dios y Dios le dijo, "Serás un inquieto vagabundo
sobre la tierra." 1 Esto describe a la mayoría de la gente de hoy – vagabundean por la vida sin
un propósito.
Somos productos de nuestro pasado, pero no tenemos que ser sus prisioneros. El propósito
de Dios no es limitado por su pasado. El transformó a un asesino llamado Moisés en
un líder y a un cobarde llamado Gedeón en un valiente héroe, y El también puede hacer cosas
maravillosas con el resto de su vida. Dios se especializa en darle a las personas un nuevo
comienzo. La Biblia dice, "¡Qué felicidad la de aquellos cuya culpa ha sido perdonada!... Qué alivio
para aquellos que han confesado sus pecados y a los cuales Dios les ha limpiado su expediente." 2
Muchas personas son conducidas por el resentimiento y el enojo. Se aferran a sus
heridas y nunca logran superarlas. En lugar de librarse del dolor que sienten por medio del
perdón, lo repiten una y otra vez en sus imaginaciones. Algunas personas que son conducidas
por el resentimiento se "cierran" e internalizan su enojo, mientras que otras se "inflan" y
explotan cuando están con otros. Ambas reacciones son nocivas e inútiles.
El resentimiento siempre lo daña a usted más que a la persona que resiente. Mientras
que el que lo ofendió probablemente olvidó la ofensa y siguió con su vida, usted continúa ardiendo en su dolor, perpetuando el pasado.
Escuche: los que lo han herido en el pasado no pueden continuar hiriéndolo en el presente
a menos que se aferre al dolor a través del resentimiento. ¡Su pasado ya pasó! Nada lo
puede cambiar. Sólo se está haciendo daño a usted mismo con su amargura. Por su propio
bien, aprenda de su herida y déjela ir. La Biblia dice, "Preocuparse hasta el extremo por el resentimiento
es hacer algo tonto y sin sentido." 3
Muchas personas son conducidas por el temor. El temor puede haber sido el resultado
de una experiencia traumática, de expectaciones irrazonables, de haber crecido en un
hogar de extremo control e incluso de una predisposición genética. No importa cuál haya sido
la causa, las personas que son conducidas por el temor a menudo se pierden de grandes
oportunidades porque sienten miedo de arriesgarse. Y en lugar de arriesgarse, siempre hacen
lo seguro, evitan los riesgos y tratan de mantener el status quo.
El temor es una prisión en la que usted mismo se mete, que le impedirá llegar a ser lo
que Dios tiene intenciones que sea. Tiene que moverse en contra del temor con las armas de la
fe y el amor. La Biblia dice, "El amor bien formado hace desaparecer el temor. Como el temor es debilitante,
una vida llena de temor – con miedo de la muerte, con miedo del juicio – es una vida que todavía
no ha sido formada totalmente en amor." 4
Muchas personas son conducidas por el materialismo. El deseo de adquirir se convierte
en la única meta de sus vidas. Esta fuerza que los conduce a siempre querer tener más
y más, está basada en ideas erróneas que dicen que tener más me hará más feliz, más importante
y más seguro; pero estas tres ideas son falsas. Las posesiones solamente proveen una felicidad
temporal. Debido a que las cosas no cambian, eventualmente nos aburrimos de ellas y
entonces queremos una versión mejor, mayor y más nueva.
También es un mito que si tengo más, seré más importante. Mi valor como persona y
el valor de mis posesiones no son lo mismo. Su valor no está determinado por lo valioso que son sus posesiones, y Dios dice que las cosas más valiosas de la vida ¡no son cosas!
El mito más común acerca del dinero es que al tenerlo más, estaré más seguro. No estará
más seguro. La riqueza se puede perder instantáneamente por medio de una variedad de
factores incontrolables. La verdadera seguridad solamente se puede encontrar en aquello que
nunca se le puede quitar: su relación con Dios.
Muchas personas son conducidas por la necesidad de ser aprobadas. Permiten que
las expectaciones de sus padres o de sus cónyuges o de sus hijos o de sus maestros o de sus
amigos controlen sus vidas. Muchos adultos todavía están tratando de ganarse la aprobación
de padres que nunca podrán complacer. Otros se dejan conducir por la presión de sus amigos,
siempre preocupados de lo que otros puedan pensar. Desgraciadamente, los que se dejan
llevar por la multitud, se han perddido en ella.
No conozco todas las claves del éxito, pero una clave del fracaso es tratar de complacer
a todo el mundo. Ser controlado por las opiniones de otros le garantiza de que no encontrará
los propósitos de Dios para su vida. Jesús dijo, "Nadie puede servir a dos señores." 5
Existen otras fuerzas que pueden conducir su vida pero todas lo llevan al mismo callejón
sin salida: a un potencial desperdiciado, a un estrés innecesario y a una vida insatisfecha.
Esta travesía de cuarenta días le enseñará cómo vivir una vida conducida por propósitos
– una vida guiada, controlada y dirigida por los propósitos de Dios. No hay nada más importante
que conocer los propósitos de Dios para su vida y no hay nada que pueda compensar el
no saberlos – ni el éxito, ni la riqueza, ni la fama, ni el placer. Sin un propósito, su vida es un
movimiento sin significado, una actividad sin dirección y unos eventos sin razón. Sin un
propósito, su vida es trivial, insignificante y vacía.
Los Beneficios de Vivir Conducido por Propósitos
Existen cinco grandes beneficios de vivir una vida conducida por propósitos:
Conocer su propósito le da significado a su vida. Fuimos creados para tener significado.
Por eso es que la gente trata de usar métodos inciertos como la astrología o a psíquicos
para descubrirlo. Cuando su vida tiene significado, usted puede aguantar casi cualquier cosa;
cuando no lo tiene, todo es insoportable.
Un joven en sus veintes escribió, "Me siento como un fracasado porque estoy tratando
de ser algo y ni siquiera sé qué cosa es. Lo único que sé es cómo sobrevivir. Si algún día descubro
mi propósito, me sentiré como que estoy empezando a vivir."
Sin Dios, la vida no tiene propósito; y sin propósito, la vida no tiene significado. Sin
significado, la vida no tiene ni importancia ni esperanza. En la Biblia, muchas personas expresaron
esta desesperanza. Isaías se quejó, "He trabajado sin lograr un propósito; he gastado mis
fuerzas en vano y para nada." 6 Job dijo, "Mi vida se arrastra -- día desesperanzado tras día desesperanzado"
7 y "Me rindo; estoy cansado de vivir. Déjenme solo. Mi vida no tiene sentido." 8 La mayor
tragedia no es la muerte, sino una vida sin propósito.
La esperanza es tan esencial para su vida como el agua y el oxígeno. Necesita la esperanza
para poder enfrentar la vida. El Dr. Bernie Siegel descubrió que él podía predecir cuál
de sus pacientes con cáncer entraría en remisión con sólo preguntarles, "¿Quiere llegar a los
cien años?" Aquellos que tenían un profundo sentido de propósito para sus vidas contestaban
que sí y eran los que con más probabilidades sobrevivían. La esperanza viene de tener un
propósito.
Si se ha sentido sin esperanza, ¡espérese! Cambios maravillosos ocurrirán en su vida
cuando comience a vivirla con propósito. Dios dice, "Yo sé lo que estoy planeando para ustedes...
'Tengo buenos planes para ustedes, no son planes para hacerles daño. Les daré esperanza y un buen futuro.'"
9 Puede que sienta que se está enfrentando con una situación imposible, pero la Biblia
dice, "Dios... es capaz de hacer mucho más de lo que jamás nos atreveríamos a pedir e incluso a soñar
– infinitamente más allá de nuestras máximas oraciones, deseos, pensamientos o esperanzas." 10
Conocer su propósito simplifica su vida. Define qué es lo que va a hacer y qué es lo
que no va a hacer. Su propósito se convierte en el criterio que usará para evaluar cuáles actividades
son esenciales y cuáles no. Simplemente se pregunta, "¿Me ayudará esta actividad a
realizar uno de los propósitos de Dios para mi vida o no?"
Sin un propósito claro no tiene un fundamento sobre el cual basar sus decisiones, dividir
su tiempo y usar sus recursos. Tendrá la tendencia a tomar decisiones basadas en circunstancias,
presiones y en su estado emocional en ese momento. Las personas que no conocen
su propósito tratan de hacer demasiado – y eso causa estrés, fatiga y conflicto.
Es imposible hacer todo lo que la gente quiere que usted haga. Solamente tiene suficiente
tiempo para hacer la voluntad de Dios. Si no puede acabar todo lo que tiene que hacer,
entonces eso significa que está tratando de hacer más de lo que Dios determinó que hiciera (o
que posiblemente está viendo mucha televisión). El vivir conducido por propósitos produce
un estilo de vida más simple y un horario más sano. La Biblia dice, "Una vida pretenciosa y de
alarde es una vida vacía; una vida simple y sencilla es una vida llena." 11 También produce paz
mental: "Tú, Señor, das paz perfecta a los que mantienen firme su propósito y ponen su fe en ti." 12
Conocer su propósito enfoca su vida. Concentra sus esfuerzos y su energía en lo importante.
Se hace efectivo al ser selectivo.
Es la naturaleza humana distraernos con asuntos menores. Tratamos nuestras vidas
como si fuera un juego trivial. Henry David Thoreau observó que la gente vive su vida con
una "callada desesperación", pero hoy sería mejor decir que viven con una descarriada distracción.
Muchas personas son como giroscopios, dan vueltas y vueltas a toda velocidad pero
nunca llegan a ningún lado.
Sin un propósito claro, seguirá cambiando de dirección, de trabajo, de relaciones, de
iglesia o de otras cosas externas – esperando que cada cambio resuelva su confusión o que le llene el vacío de su corazón. Usted piensa, Talvez esta vez será diferente, pero no resuelve su
verdadero problema – su falta de enfoque y de propósito. La Biblia dice, "No vivan descuidadamente,
sin pensar. Asegúrense de que entienden lo que el Señor quiere." 13
El poder del enfoque puede ser observado en la luz. La luz difusa tiene poco poder o
impacto, pero puede concentrar su energía si la enfoca. Con una lupa, los rayos del sol pueden
ser enfocados para prederle fuego a hojas secas o a un pedazo de papel. Cuando la luz es
enfocada mucho más, como ocurre con el rayo láser, puede cortar el acero.
No hay nada tan potente como una vida enfocada, una vida vivida con propósito. Los
hombres y las mujeres que han hecho la mayor diferencia en la historia fueron los más enfocados.
Por ejemplo, el apóstol Pablo, casi por su cuenta propagó el cristianismo en todo el
imperio romano. Su secreto era vivir una vida enfocada. El dijo, "Estoy enfocando todas mis
energías en una sola cosa: me olvido del pasado y miro anhelantemente a lo que está adelante." 14
Si quiere que su vida tenga impacto, ¡enfóquela! Deje de andar metiéndose en todo. Deje
de tratar de hacerlo todo. Recorte incluso las buenas actividades y haga solamente lo que
más importa. Nunca confunda la actividad con la productividad. Puede estar muy ocupado
sin un propósito, ¿y eso para qué? Pablo dijo, "Mantengámonos enfocados en esa meta, esos de nosotros
que queremos todo lo que Dios tiene para nosotros." 15
Conocer su propósito le da motivación a su vida. El propósito siempre produce pasión.
Nada da tanta energía como tener un propósito claro. Por otro lado, la pasión se disipa
cuando no tiene un propósito. Simplemente salirse de la cama se convierte en una tarea extraordinaria.
Generalmente es el trabajo sin sentido, no su exceso, lo que nos cansa, nos consume
las fuerzas y nos roba de nuestro gozo.
George Bernard Shaw escribió: "Este es el verdadero gozo de la vida: ser usado para
un propósito, un propósito reconocido por usted como poderoso; ser una fuerza de la
naturaleza, en lugar de ser un egoísta pedazo de barro con padecimientos y quejas,
lamentándose porque el mundo no se dedica a hacerle feliz."
Conocer su propósito lo prepara para la eternidad. Muchas personas se pasan sus vidas
tratando de crear un legado duradero aquí en la tierra. Quieren ser recordados cuando ya
no estén aquí. Sin embargo, lo que más importará al final no será lo que otros dicen de su vida
sino lo que Dios dice. Lo que la gente falla en darse cuenta es que todo logro es eventualmente
excedido, todo record es roto, toda reputación se desvanece y todo homenaje es olvidado.
Cuando James Dobson estudiaba en la universidad, su meta era llegar a ser el campeón
de tenis de la universidad. Se sintió orgulloso cuando su trofeo fue prominentemente exhibido
en la vitrina de trofeos de la universidad. Años más tarde alguien le mandó por correo ese
trofeo. Lo habían encontrado en un bote de basura cuando la universidad fue remodelada.
James dijo, "Sólo es cuestión de tiempo ¡y alguien hará basura todos tus trofeos!"
Vivir sólo para crear un legado terrenal es una meta miope. El uso más sabio de su tiempo es edificar un legado eterno. No fue puesto en la tierra para ser recordado. Fue puesto
aquí para prepararse para la eternidad.
Un día estará frente a Dios y El hará una auditoría de su vida, un examen final, antes
de que entre a la eternidad. La Biblia dice, "Recuerden, cada uno de nosotros comparecerá personalmente
ante el tribunal de Dios... Sí, cada uno de nosotros tendrá que dar cuentas personalmente a
Dios." 16 Dichosamente, Dios quiere que pase este examen, por eso es que nos ha dado las
preguntas de por adelantado. De la Biblia podemos inferir que Dios nos hará dos preguntas
cruciales:
Primero, "¿Qué hiciste con mi Hijo, Jesucristo?” Dios no le preguntará acerca de su pasado
religioso o sus puntos de vista doctrinales. La única cosa que importará es ¿Aceptó lo
que Jesús hizo por usted y aprendió a amarlo y a confiar en él? Jesús dijo, "Yo soy el camino y
la verdad y la vida. Nadie viene al Padre excepto a través de mí." 17
Segundo, "¿Qué hiciste con lo que te di?” ¿Qué hizo con su vida – todos los dones, los talentos,
las oportunidades, la energía, las relaciones y los recursos que Dios le dio? ¿Los gastó
en usted mismo o los usó para los propósitos que Dios tenía para usted?
Prepararlo para estas dos preguntas es la meta de este libro. La primera pregunta determinará
dónde pasará la eternidad. La segunda pregunta determinará qué es lo que hará en la
eternidad. Cuando llegue al final de este libro estará listo para contestar ambas preguntas.
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